
Ford Taunus, modelo 77, azul celeste.
Lo mejor de este auto es estar en Singapur.
Rodar por la carretera con una herida de bala en uno de los brazos.
El mediodía clavando sus colmillos.
Los recolectores de opio echando un vistazo.
Y los recuerdos, esas viejas amantes,
confundiéndose con la brisa que juguetea entre los cabellos de una larga peluca.
El bigote falso.
La falsa identidad.
De alguna manera habrá que confundir a los traficantes de armas.
Y a los críticos.
Salvador Andrade
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