19.10.07
Salvador Andrade mirando la primavera desde la banca de un parque
Las pastillas me encantan. Las tomo con ese agrado de dulces para un niño como yo.
La mirada revolotea.
Perdida en mis adentros, la calma se inquieta a plazos.
Hay silencios violentos cuando las palabras se volcan y hay muchas pastillas.
Por eso me encantan las suaves náuseas de la mañana.
Tomar sorbos de agua
y tragar una buena cantidad insuficiente de palabras.
Witty Boy
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