13.5.08

13 de Mayo



uno

Demasiada tristeza y demasiada calma. Entonces la memoria es una bala perdida. El cuerpo desnudo. La vejez reposando debajo de las frazadas. La feroz enfermedad que te devora. Pero tú piensas en los ángeles. En los espíritus. Y ellos te responden desde el stereo: "Purify the colors, purify my mind and spread the ashes of the colors, over this heart of mine".

dos

El chico de la habitación se cansó de llorar. Era pasado el medio día y su madre estaba afuera jugando al dominó con los vecinos. Se alejó de la puerta dando pasos torpes, se agarró de las sábanas y como pudo trepó hasta lo más alto de la cama. La habitación olía a crema de mujer. Pensó que la mejor manera de pasar el rato sería acostándose boca arriba. Así, si llegaba un monstruo, lo vería desde lejos. Pegó sus brazos al cuerpo. Hundió su cabeza en la almohada y guardó silencio. Entonces lo de siempre. Su mirada contra el pequeño vaso de papel que tal vez su madre o su abuela había colocado descuidadamente sobre la repisa.

tres

Yo siempre los veía por ahí. En la Alianza Francesa o en las exposiciones. Eran varios, me acuerdo. Nunca fui amiga de ellos pero siempre me saludaban. Yo creo que era de tanto que nos cruzábamos. Para ese entonces yo estudiaba filosofía y estaba de novia con un profesor de la facultad que no quiero mencionar. Él los odiaba. Una vez, por ejemplo, pasó lo de la prostituta en el Museo de Arte Moderno. Creo que fue para lo de la exposición de Botero. Por lo que pude entender la mujer les había dado una mamada y ellos no le querían pagar. Se le reían en la cara. Sobre todo ese alto que pasaba tocando la gaita. Él y Salvador Andrade. -Páguenme hijueputas que necesito la plata. Páguenme- Decía la vieja. Era patético. Y delante de toda esa gente. Witty, el judío y uno como maricón que andaba con ellos se refugiaban entre las faldas de las francesas que los seguían a todas partes. Fue tanto el escándalo que hicieron que tuvo que llegar la misma directora del museo a pedirles que se controlaran. -Shhhhhhhhhh!!!!!......... bajen la voz que el maestro Botero ya va a decir sus palabras-. Pero como siempre los degenerados tenían la respuesta en la punta de la lengua. -Me vale verga Botero- dijo el de la gaita. Y qué podían hacer. Así eran ellos. Pero eso fue hace rato. Por ahí escuché que Witty y Salvador Andrade se fueron para España o algo así. Nunca más los vi.


Salvador Andrade

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